¡Encontré tu sonrisa!

Macedonio IV

Un día encontré tu sonrisa y

no supe cómo se esfumó la soberbia

de mi pecho y, los tumbos de sus manos:

no me has tocado, sin embargo, falta no hace

para saber, el roce de tus dedos tersos,

la intención de mis sentimientos

y el cavilar de mis pensamientos.

 

Acariciando mis propios dedos, siento,

aunque tus dedos no se hayan posado

en mí, la intensidad de tus ojos, rojos

como tus labios, sorbiendo, ambos, vida

de afuera, la vida que yo quisiera tener

para ti, aunque no la viviera contigo.

 

Tu sorpresiva sonrisa adornada por

canales carentes del vital líquido,

proveedores de mayor vida y futuros

sinsabores que ningún otro cuerpo de agua

otrora invocado por poeta latino;

tu sonrisa, la que comenzó esto,

te quita la vida si pasas muy cerca

de su cauce, porque, aunque hondo y

profundo aparezca (el cuerpo),

pernocta diversa fauna silvestre,

y practica sus saltos, intentando

caer en su boca, sin saber que

yace cerrada como las compuertas de

la presa Chicoasén, esperando

inundar todo con tus palabras:

certeras y zahirientes

para no dejar nada parado.

 

La que lo empezó todo quiere

salir, salir y jugar conmigo,

poner a prueba todo lo que

supongo: sospecha mi ligero

entendimiento, en tanto, no me deja

de sorprender; me maravilló

su descubrimiento cercano y asible,

pero se torna frágil mientras más me atrae:

tiendo a no reconocer la diferencia

entre ella y tú misma.

Me siento en paz viéndote sonreír

o al horizonte dirigiéndote,

y te pierdes entre la bruma de

la mañana inefable.

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  • Autor: Macedonio IV (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de septiembre de 2021 a las 01:02
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 25
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