Desconocido.

Rous B

             LA BRIZA SE hacía PRESENTE.

La luna tan singular y redonda que en cualquier otra noche de verano, estaba en el firmamento haciendo su aparición.

  

Meditaba... sus pensamientos volaban hacia algún lugar, recorriendo los lugares donde estaban sus sentimientos,   

tantas veces había querido subir hasta el techo de su casa a disfrutar de la briza nocturna, así disimular un poco el calor del día que azotaba su apartamento.

 

Sentada en la hamaca, se movía de un lado a otro, sintiendo su garganta seca y sus manos frías.

Al girar su cabeza en la casa del al lado se encontró con la mirada más triste y perturbadora que había visto en su vida, sintiendo un peso en el corazón. Seguía sintiendo la sequedad en su garganta y tragando seco una vez mas, caminaba hacia la puerta y así bajar las escaleras.

 

El desconocido tenía barba y unas gafas, de unos 25 a 30 años y seguía mirándola mientras bajaba por las escaleras.

 

Después de unos días volvió a subir al techo, aún seguía con esa sensación terrorífica en todo su cuerpo al pensar en él cuando lo vio esa noche.

 

Sentada en la hamaca disfrutaba de la briza fresca y cerrando sus ojos se quedó dormida.

 

Al despertar se dio cuenta de que ya no estaba en el techo y ahora esos ojos estaban muy cerca de ella, tan cerca que podía sentir la respiración del desconocido.

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Comentarios1

  • Mario Cid

    Lindas letras.

    Saludos 🙂



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