Poco a poco se destruye tu coraza de ángel
y te vuelves terrenal como yo,
sin la sevicia de los cultos y los sepulcros
y me cubres las manos y la boca
con las gotas de esa agua bendita de tus líquidos.
Ni tuyo ni mía,
solo somos sobrevivientes de la soledad
y tenemos por un instante todas las respuestas:
en este momento ninguna es necesaria.
Danzan la complejidad y la simpleza
en nuestros cuerpos vivísimos como el caos.
Somos vulnerables, recién nacidos,
porque como el fénix renacemos una y otra vez sobre tus escombros,
viniendo; viniéndonos.
Es el éxtasis:
tus crespos desnudos sobre la cama,
mis besos anidando violentamente en tus labios…
y me sostienes
y te sostengo.
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Autor:
Juan S. Palma (
Offline)
- Publicado: 25 de agosto de 2021 a las 12:07
- Comentario del autor sobre el poema: Para V.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
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