La rutina de un "acosador". Reflexiones y alegorías

Iván González Martínez


Otra vez el “acosador”
Se enfrenta a la mañana,
Con su mente, no muy sana
Por la indiferencia de su amor.

Turbias esperanzas
Pretenden calmar su sed,
El “acosador”, busca en la red
Un trago de confianza.

Todo es inútil,
No hay agua que beber,
El “acosador” no pudo ver
Ni su foto de perfil.

Rutina mañanera
Con teléfono en mano
Y aunque todo es en vano,
Continúa la espera.

El “acosador” se enfrenta a las horas
Como Dante al crudo Infierno
Donde en los llantos eternos
El suyo también implora.

Cien veces lo enciende,
Cien veces lo apaga.
¿Dónde está la “acosada”?
Es su pregunta perenne. 

El “acosador”, sin saber,
Se adentra en un laberinto,
Que para nada es distinto
Al del previo atardecer.

Más de lo mismo
O lo mismo con más,
Abre, cierra y no está
La dueña de su “cinismo”.

Pasan de las dos
Y el “acosador” ni existe,
Ya ni siquiera se viste
Después de haber dormido.

El “acosador” está enamorado,
Su facha lo delata,
Moverse al menos trata,
Pero sigue ahí tirado.

Bañarse, comer, andar,
Es todo tan pesado,
Sin la “acosada” a su lado
Ya no quiere ni hablar.

El cielo se torna oscuro
Y el “acosador” se transforma,
De la nada busca la forma
De derrumbar cualquier muro.

Termina la cena
Y el “acosador”, atolondrado,
No quiere a nadie a su lado,
Va a escribir dos poemas:

1 “La noche es mágica
Quizás por sus estrellas,
Quizás por ser bella,
Serena y nostálgica”.

“La noche es mágica
Quizás por su silencio sepulcral,
Quizás por ser radar
De letras lindas y trágicas”.

“Pero la noche es mágica
Sin duda porque la adornas
Porque tus ojitos la colman
Y tus pómulos bellos la embriagan”.

“Pero la noche es mágica
Sin duda porque existes
Porque de rosas la vistes
Hasta volverla heroica”.

“Buenas noches
Para de la noche, su mejor fortuna.
Buenas noches y que la luna
Te envidie y te reproche”.

2 “Cuando las noches desaparezcan
Y el día sea constante,
Cuando las horas garantes
De tu descanso desvanezcan”.

“Cuando el cielo acongojado
Del gris ya no se libre,
Cuando tu música no vibre
Y no haya nadie a tu lado”.

“Cuando lo cruel impere
Hasta en los granos de tierra
Y los gritos de guerra
Hasta a Dios desesperen”.

“Cuando tus lirios se sequen
Por la falta de agua
Y aunque abierto el paraguas
El sol te penetre”.

“Ahí estaré para pintar tus noches
Y tus horas de descanso,
Para que lo cruel sea manso
Y los rayos, alimoches”. 

“Acudiré a tu encuentro
Para un cambio de vida,
Para mostrarte la salida
Aunque yo me quede adentro”.

Como Dante en el último cielo
El “acosador” se extasía,
Se baña de alegría
Y lo colma el desespero.

El “acosador” abre el celular
Y busca al mal de sus penas,
Para mandar los poemas
Y poderla enamorar.

Como Dante en el último cielo
Se siente el “acosador”.
 A Dios busca el primero,
 El segundo busca a su amor.

Pero tanta cercanía de los dos
Los hace reaccionar.
Dante, con Dios no puede estar
Ni el “acosador”, escribirle a su destello.

Un día, un joven se enamoró,
Entregó alma, corazón y vida
Y solo veía alegría
Cuando conversaban los dos.

Poemas, canciones, halagos,
Te amo, te quiero, me gustas,
Era la táctica justa 
Para en su corazón hacer estragos.

Un día, el joven estaba llorando,
Deshojando las azucenas
Y tras líneas de pasiones llenas
Ella contestó: “tú me estás acosando”.

¡Qué fácil herir cuando no se ama!
¡Qué difícil decir la palabra justa!
Si en él, tanto amor asusta,
En ella, tanta frialdad espanta.

El “acosador”,  como Dante,
Se queda sin su miel,
Con Dios, con Isabel,
Ni con pasos de gigante.

Pasan de las once
Y su gran enemigo, el lecho
Con apellido, “de muerte”,
Le dice: ¡Qué bueno verte
Otra vez aquí deshecho! 

El “acosador”, fantaseando como Dante,
Con su amada va a hablar,
Prefiere reflexionar
Y no dormirse en el instante.

“Si no me amas, escúchame,
Si no me amas, comprende:
Si para el mundo eres gente,
Para mí eres el mundo”.

“Si no me amas, ten paciencia
Y perdona mis antojos,
Si tan asidua es mi insistencia
Es porque veo por tus ojos”.

“Si no me amas, dame tiempo
Y no me bañes con azufre,
Cuando dos hay en un cuento
El que ama es el que sufre”.

“Si no me amas, sé sutil,
No me hieras sin palabras,
Si conmigo lindo hablas,
Yo ya dejo de insistir”.

“Si no me amas, no me ignores,
No me impongas otro muro,
Si hoy, no tenerte es duro
Ya no hagas que empeore”.

Dante culmina el recorrido
En el más perfecto cielo
Donde último o primero,
Ya están todos bendecidos.

Después de un infierno notorio
El “acosador”  ya va a dormir.
¿Mas en su sueño habrá purgatorio?
¿Nuevas luces podrá sentir?

¿En su sueño ascenderá al paraíso?
¿Como Dante, lo podrá merecer?
OJALÁ, porque ahí sí lo amará Isabel
Como Beatriz a Dante quiso.

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Comentarios2

  • Heber Urbina

    Eres increíble todo un poeta a la altura, pasa muchas veces y mas ahora en este mundo vil y cruel, me encanto tu poesía.

  • Ma. Gloria Carreón Zapata.

    Un placer disfrutar de la lectura de sus reales y maravillosos versos estimado autor. Saludos cordiales.



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