LAS HADAS DE NEVERLAND

¿Que pasa contigo, amiga y compañera? ¿Pero... Cuando te hiciste artesana? ¿ahora haces ollas y teteras? 

¡Creo en las hadas! Creo en que todas las hadas, nacen con la primera risa de un niño, pero... De todas las hadas, tu naciste la más grande, la menos y más fantástica. Te veo. ¡Tú!... Eres especial. 

¡Yo creo en las hadas! Y... Está en la naturaleza de tu magia hacerme a mi volar. ¡Tu!... Que eres la perfecta combinación de los más hermosos pensamientos alegres y maravillosos. ¡Creo en tí! Pero hoy... Soy un niño perdido, No te siento a mi lado y he perdido mi sombra. 

¡Yo creo en las hadas, yo creo! Ayudame con mi sombra, préstame un dedal, enseñame a coser. "Ya se que un beso no se pide, se regala, pero ya de pedirlo, que suene original" ¡ayudame! ¡Ayudame a volar! Que yo te prometo... un mundo sin reglas ni límites. Conozco el camino, lo que quiero decir es, que deseo que me permitas... ¡Que narices! Que quiero acompañarte a tu casa.

¡Yo creo en las hadas, yo creo, si creo! Volaría contigo hasta lo más alto del cielo y al girar en la segunda estrella a la derecha, seguiría volando a tu lado, todo recto, hacia el más hermoso amanecer. Hasta ese mundo mágico de islas exóticas, que cuentan las leyendas, existe en el interior de una estrella. Volaría de tu mano hasta el mismo corazón de tu reino, más allá, mucho más allá del confín de los mundos. Hasta la más lejana tierra del País de Nunca Jamas. 

Aitor duarte Fernández