Rosas Muertas

teresa ternavasio

 

 Rosas muertas

 

No sé si fue el acecho de la noche con sus tristes recuerdos

o el sol que al despedirse me dejó sin calor.

Parado frente a los viejos muros de ladrillos gastados,

se acurrucó  el alma  en su lecho de dolor.

 

En la amplia galería, desnuda de colores,

se opacó el brillo de todos los vitraux.

Los visillos sin ojos perdieron transparencia,

y ya nada  delata al pobre corazón.

 

Quise llorar recordando las formas de tu cuerpo,

que mi boca dibujaba en el arte del amor,

pero hallé solo rosas en el jardín de la casa,

rosas  que mató el olvido y la desesperación.   

 

 

 

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