Tiempo de Amar.-

Las andanzas por la vida vigorizan la esperanza.

Jardines eternos han sido los caminos  y al final,

en ellos se enseña que, andar por locura, no cansa.

También, se aprende que, toda pasión fortalece.

Así, llegarás a la tierra, sin paraíso y con pecado.

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Tesoros apreciables son las usanzas del vivir,

ellas se perfuman en las caricias de los amores,

toman los más sutiles efluvios de las gardenias.

Flores blancas, que cómo el candor de la pasión,

bañan de aromas los ánimos fogosos del amante.

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Lentos son los pasos por el jardín de las fantasías,

este andar ayuda a extasiar el alma en su armonía.

Quién osaría desatender los llamados del amor.

No existe vidente, maga o pitonisa que lo niegue.

Vestirse con la sabia del sentir ardiente, es preciso.

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Lástima de los amores que no quieren conocer el

precio de la entrega y la gracia del abrigo amante.

Perfumados quedan los cuerpos con la venerable

entrega de las almas, que se hacen UNA de DOS.

Apenas se atiende al susurro sigiloso de un beso

que santifica la unión, dejando paso a un poema.

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¡Has llegado mortal, al amor desnudo y verás a Dios.

Quizás te maldigas o tengas que orar por lo vivido!