La mirada encantada, esos ojos brillaban, porque habían sentido desde los tuetanos el escalofrío de la felicidad.
Y repercutia en su semblante amable, pacífico, inequívoco de tanto amor.
Nunca se le vió brillar los ojos en la forma que lo hicieron desde el día que su amor existió.
Y eran felices porque era genuino, un amor compartido, sincero, exponencial y expontaneo.
Nunca se le vió brillar así la mirada desde que se enamoró de él.
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Autor:
YEM (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de junio de 2021 a las 12:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
Comentarios1
Waw sin palabras me dejaste!!
Gracias!
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