Sin poder retener nada en mis manos

Laideliz Herrera Laza

 

Cargo las batallas de todos los minutos,
aplaco la sed con hiel desterrada,
cargo refugios sin sentido,
frivolidad, desespero.

Todo ha sido cambiado,
la dinámica natural del universo,
la relación entre los opuestos,
el arte de dialogar y discutir significados.

Todo lo que me enseñaron a odiar
debe ser amado.
Seguiré cayendo.
Lo falso, la duda, la sospecha
podrían ser el sostén de mi caída.

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Comentarios1

  • pedro barrios

    Al final no retenemos nada por siempre, las cosas y los seres somos libres en esencia, y es en ejercicio de esa libertad que deciden compartir.
    Excelente poema, gracias por compartirlo



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