Nanai

Diego Nicolás García Contreras

Apapacho del alma 

Auto amor a la súplica.

Navego en el vientre de mis deseos más profundos, recónditos y recurrentes...

Auto amor a la carta...

Almodoris al parnazo...

Empanada, canapé, almíbar en los dedos...

Por eso te sobo...y te los doy en la boca...

Abrazo al corazón abierto que entre vértebras vierte hiel en cada momento:

Tu lamento ha sido escuchado...

Te doy un silencio...y te toco la cara...

Para entrever entre tus cabellos la verdad...

Que ronda tu lengua pero no se posa en tus ojos...

Escapismo la mar...

Asistiré

A cualquier escuela en donde se enseñe como colarse en la fila del amor...

¿Cómo la dicha se escapa veloz?

Amor vertiente,no se si te entiendo superlativamente...

Pero quiero darte un masaje...

Un mensaje que moje los prados de tu canto...

Las luces de tu llanto...y encienda tu llamado...

Por en cuanto...escucharé cada súplica, arrugaré cada carta para luego colgarla húmeda al Rocío de las velas...

En el tendedero central de mi cuarto de madera...

Para que brille sin estación perecedera...

 

En la esquina de lo mismo...que realmente da lo mismo pero se siente allí como un poema...colgada y despreciada por todo el abecedario...

Aún así admirada por

Lo que tiene sacrificio y dote...

Lo cansado y lo profano...

Ya sabes...hasta que explote la razón loca...

Desaliñado y desencantado...te quiero... perro encadenado en un vicio, en dos o en cuatro...y aunque caigas al precipicio te creo...confío en ti y no te cierro...

La puerta en la cara...

Y cuando lo haga sabré golpear la mía en la muralla...

O sentarme a la espera de tu golpe...

Y así seremos amigos...

Compartiendo el dolor y las heridas...

Pero siempre bajo el suave manto que eclosiona la luna...que desparrama el viento celebrando un momento cualquiera:

Tuerca en la rivera

Amarillo desquicio del desparpajo...

Sazón y borrachera...

Piel de erizo en la planta del pie...

Sangre y desnudez ...

Aproblemada sencillez...

De si soy o no la quimera...

El embudo...la primavera...

No me escudo ni te juzgo por creer... 

Pero me da pena...

Y en la estalactita de mi mundo...

Donde se derrite la tristeza y la rabia...

Dejaste una bandera con mensajes de advertencia, para que nadie se acercara...para que nadie lo supiera...

Fingiendo tal cual es...

El aroma del deterioro.

 

Aún así el punto de fuga está en mi nariz...y allí no hay sentimiento que se pose.

 

 

  • Autor: No (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de junio de 2021 a las 05:20
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
  • Usuario favorito de este poema: Augusto Fleid.
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