La abeja se acercó a la flor,
su aroma la cautivó
a tal punto…
que se quedó.
Luego probó la miel
se embelesó,
y aquel paraíso…
nunca dejó.
Disfruté tu aroma,
probé tu miel,
atado vuelo ahora
sobre tu piel.
Bella flor
de dulce miel,
paraíso fiel,
lleno y sin fin…
que dicha que un día volé
sobre tu jardín.
© Saulo García Cabrera
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Autor:
Saulo García Cabrera (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 1 de junio de 2021 a las 08:29
- Categoría: Amor
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Tamrico, Augusto Fleid.
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