Siento el enredo.
La prisa, mi enemiga.
Me pilla el viento.
El viento gira.
Revira las esquinas.
Se para en seco.
Toma conciencia.
No encuentra su locura.
Busca en el necio.
Silba enfadado.
Proclama su demencia.
Queda en silencio.
Desgarra el día.
Rasga la noche negra.
Llora en su pelo.
Se recompone.
Ya llegará mañana.
Prepara el vuelco.
La vida duerme.
Deja ver su delirio
con cada sueño.
El viento espera.
Cuenta herido las horas
de sufrimiento.
El día llega.
No desesperes, niña.
Sal con lo puesto.
El sol te guarda.
Te esconde entre sus rayos.
Se agota el tiempo.
Le da esquinazo
y entre gritos y llanto,
maldice el gesto.
No te arrepientas.
El sol brilla en tus ojos.
Esquiva al viento.
Sigue a la grupa.
No hay amor más paciente
que el amor cuerdo.
El viento sabe
que sus rizos de loco
son tu tormento.
Cierra la puerta
y que el sol de la calle
se cuele dentro.
Y no te asomes.
Deja que, como loco,
te pierda el viento.
Agarra el talle.
Que del viento no quede
más que el veneno.
No te demores.
De la pena no suene
más que su eco.
Viento del Este.
Deja en paz a la arena.
Se acabó el miedo.
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Autor:
Fátima Aranda (
Offline) - Publicado: 31 de mayo de 2021 a las 09:46
- Comentario del autor sobre el poema: Trabando Lenguas en haikus infinitos.
- Categoría: Haiku
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, Lualpri, Willie Moreno.
Offline)
Comentarios2
Fabuloso, LuzDeGas!
Mil gracias, Tell❣️
Hermoso poema.
Gracias.
Mil gracias, amigo.
Te envío un gran abrazo.
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