Rabia II

Alejandro Tapia

                                                             

                                                         Rabia II

 

¡Perros!... ¡Perros iracundos!

con ojos desorbitados ladran mudos

en noches de menta y plata.

 

Se me pudrió la masa encefálica

los sesos los tengo negros y los ojos rojos

las manos me tiemblan, y trastabillando avanzo

siempre nervioso, siempre me roen las hormigas

 desde adentro.

 

El amor se vuelve veneno, la familia desdichados defraudados

que juegan a quedarse aunque hace mucho que se fueron

viajo desde hace tiempo solo en el camino de espinas…

y llegara el momento de gatear de nuevo y ahora habrá hoyos

también en los ojos y en las manos

en el pecho y la lengua

 

Me gasté y me cansé de seguir, la esperanza muere también

todo lo hace, un día el universo también se secará…

¿por qué no  soplar la vela de una vez?

porque mantenerla encendida, es capricho dejarla arder sola

dejarla reducirse y fingir que tiene algún sentido que exista el fuego

 

En el alma tengo heridas que se infectaron con las uñas que siguen enterradas

sigo lamiendo sueños y siluetas que solían tocar mi cuerpo antes de que caducara

la vida se me sigue hiendo

 aunque trato de esconderme en las esquinas

se va haciendo cada vez más breve y yo más desesperado

 nada puedo hacer y desde que tengo memoria eso me causa

la más grande y absoluta rabia.

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