Envidio

Daiana R. Cristiani



 

Envidio las gotas de agua que se deslizan por tu cuerpo ellas te pueden ver y yo no.
Envidio el viento que acaricia tu rostro cuando yo no estoy.
Envidio el espejo que se siente pequeño y te mira desde su esquina implorando ver ese rostro tallado por el mismo Dios.
Envidio la bendita taza que acaricia tus labios cada mañana antes de ver el sol.
Envidio las cicatrices de la vida talladas en tu piel que te van a acompañar y yo no.
Envidio las lágrimas que dejas caer cuando yo no estoy  porque ellas pueden acariciar un trozo de cielo y yo...
Envidio a la gente que te ve pasar y creen que eres uno más cuando desprendes poesía al caminar.
Envidio tu corazón que galopa adentro de tu pecho donde a mí me gustaría reposar.
Envidia del aire que necesitas para vivir como yo necesito de ti;
de la ropa que abriga tu cuerpo desnudo ellas te pueden abrazar y yo no.
Envidia de que tu corazón se acelere y saber que no es por mí sino por la imagen que tienes de mí.
Solo en la fantasía puedo encontrar calor dentro de tanta agonía porque tengo envidia que me late por dentro de que las insolentes sabanas intenten esconder tu desnudez rozando con tu piel.
Envidioel caramelo de menta que pones en tu boca para jugar; del calor de tu lengua sobre él.
Envidio los suspiros que lanzan tus labios que atrapa el viento y no los puedo sentir cerca de mis labios.
Envidia de que el brillo de tus ojos sea provocado por el mar y que yo me desintegre en cada ola al pasar.
Envidia de la luna que es testigo de ver tu cuerpo reposar entre las sabanas del deseo que te acarician y te cobijan protegiéndote de la noche y su soledad.
Envidia de las estrellas que se roban tu atención dame una sola razón para no volverme una de ellas para que me contemples como a aquellas.
Cuando te sumerges en el mar y este se aferra a tu piel y te quiere amarrar me gustaría poder hacer lo mismo con mi mirar.
Si sintieras las olas que llevo por dentro no volverías a beber de ningún mar estas sentirían envidia de la fuerza de las que traigo chocando contra mi pecho.
Envidio cuando abres tus labios para sentir el agua deslizarse por aquellos y esta se lleva el sabor de ellos dejándola sedienta hasta la orilla donde yo recojo el agua de vida; cierro los ojos para sentir ese beso que me arrebato el agua; acostada en la arena desnuda como la noche y sus mentiras. Bebo cada gota de mis manos y mis labios antes resecos se despiertan, se abrazan, se muerden, te miran y mis ojos te iluminan.

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Comentarios1

  • Poeta del Silencio

    ¡Hermoso poema! amo esta frase
    "Envidio las gotas de agua que se deslizan por tu cuerpo ellas te pueden ver y yo no"
    Es un placer leerte, saludos desde Bogotá D.C Colombia



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