Para ella

beriu

El momento tan ansiado llegó,
vi tu andar, que me enloqueció,
un tenue dibujo corporal;
viniendo hacia mi; tú: algo surreal.

Acaricio tu cara, tus labios beso;
me pierdo en tus ojos: contigo.
Tenerte fue como para un cura el rezo,
indispensable para sentirme terso...

Y en ti vi la gran luz de un año extraño,
descubrí una mujer dibujada en fino arte,
delicada, dulce y veraz de antaño,
quede en silencio, porque podría amarte.

Tomaba tu mano, sentia miedos,
pero además una calma entera,
donde me situaba con vértigos etéreos,
y disfrutaba tu suavidad eterna.

Tocamos el mar y la arena,
viajamos con una sonrisa divina,
sentimos todo lo maravilloso,
de convivir en una fantasía.

Un cometa de pasión,
en noches decembrinas,
en una nueva latitud,
con danzas de alegrías...

Y lo diáfano llego, el fin se desnudó,
la armonía terminó, y ella se esfumó;
pero él espera paciente, aquel instante,
donde se verán, y acaricien nuevamente.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.