Espejo

daniellito

En tiempos de luz

los caminos llamaban

pasos de sultanes disertos.

En tejados una vibra entorpecía

el relinche de corceles negros,

de los sueños la sed se sacia

en ciénagas de lágrimas ocultas.


Querido amigo,

Sólo las barreras contrarían

La pesadez de tus claros,

delante de todo la bruma

que atosiga la calma

hay un lugar en tus sombras

donde la pena nocturna al alma,

tal vez en tus sombras

yace un árbol otoño

en la paz, en las maneras...



Te he visto entre paredes de espinas,

danzando con las voces

que del viento citan perdición,

a la mente, a tu huella.

Menoscaba la herida

que resurge del corazón prisionero,

hace tiempo la lluvia olvidó

parajes donde la luna sometía

corazones en vigilia;

tal vez el desierto es mío,

solo mío.


Tu rostro empaña retratos

en recuerdos perdidos,

¡Oh tiempo eres una víbora

venenosa!

eres la lluvia que se pierde

entre calles, entre rincones,

entre los cabellos recelando

atrapar lágrimas.


Amigo, sé del dolor

obrando en nubes oscuras,

naciste en el frío basto,

en reinos de ocasos perpetuos ,

perennes son las aguas que llenan

los caudales de la melancolía,

sé que cuando ves un espejo

el alma naufraga en sí misma

sobre corrientes arcanas,

espero que seas libre,

amigo mío …

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Comentarios1

  • Augusto Fleid

    Impresionante creatividad y una visiĆ³n impecable para la narrativa un abrazo colega



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