De a poco

¿Y si de a poco te vas robando mi vida?
Si sólo puedo verme trémula ante tu inefable existencia que hace de mi ese ser que nunca duerme porque hasta en mis sueños siento tu presencia que me atosiga y hiere mis pensamientos.

Y entonces sólo en la penumbra de mi soledad puedo verte, a veces presiento que piensas en mí, otras no tanto.

En esta oscuridad a la que me he atado, obliga a huir a ese ser perpetuo que se alimenta del dolor y que se cobija con un amor que nunca existió.

Algunas noches, cuando llueve o la luna agoniza puedo sentir que compartimos algún sentimiento, pero ¿cómo saberlo?

La imaginación me lleva a la locura, impide que  vea tu rostro y no sé nisiquiera quien eres.

¿De dónde vienes?

¿ Te gustan los chocolates?

¿Alguna vez caminaste sobre la luna con los pies desnudos?

Quisiera saber esas cosas que por simples, se convierten en melodías aburridas, que nadie quiere tocar.

Entonces no puedo gritar y ya no te busco y dejo que el silencio se encargue de lo nuestro,

y ¿qué es lo nuestro?
Nada, solo el eco de mi mente que repite una y otra vez,  que nacimos para nunca llegar a ser.