Canto de victoria y muerte

Skald

Evoco mis recuerdos prisionero   

del firmamento lanudo y plomo;   

grave, solemne en cántico inquiero:    

     

¿qué logró tu acero Destino romo,  

y mi piel cual abeto que surcaste,  

y mis rodillas que torciste en domo?   

   

¡Bellas memorias las que arrebataste!   

Mas en paz acogía el dulce sueño, 

cuando aleve Tú me traicionaste. 

 

Resisto el despecho en llanto quiteño, 

y sorbe sobria mi pestaña seca   

otro licor antípoda al Norteño, 

 

licor, amigo de memoria hueca,  

enciendes bello recuerdo usufructo   

del luto, que por Ella ya depreca; 

 

mártir del ruin Corona diminuto,    

en crujiente tos pronto me abandonas; 

Destino, por tu ley quedé impoluto. 

 

Rebosan orillas del Amazonas, 

coronadas en llanto de la gente 

huérfana del afecto que destronas: 

 

enemigo en el Este y en Poniente, 

jinete misterïoso de agua y aire,   

látigo de anciano pulmón silente, 

  

contra ti y el Hado, hasta que delire, 

feroz venganza libraré en el ánimo,        

seré el ser que más feliz respire. 

 

Blando mi pluma áspera magnánimo, 

ya mana negra tinta mi muñeca, 

que en versos la dichosa muerte trueca.  

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  • Autor: Segismundo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de abril de 2021 a las 11:15
  • Comentario del autor sobre el poema: Iniciación
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 39
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