Collar de piedras

Eduardo Urueta

 

 

No nacen de las piedras

arañan, tocan, duermen adentro

sumergidas como en espirales

y si despiertan, sangran,

por eso nunca buscan salir

también mueren de miedo

pero sin poder morir

y la piedra siente que es su sueño

esa cosquilla que no despierta

ese almíbar para los fantasmas

ese ánimo de las ánimas

dicen, sospechan

que se sumergen como un aliento

y se confunden entre ellas mismas

no saben, ni dicen, ni sospechan

si acaso tienen cuerpo

o son el alma de la piedra

lo que es seguro es que allí no nacieron

ni es su vientre por el que habrían de nacer

pero sí nacen y hieren

y su cara es el silencio

es un remordimiento

y es tu cuerpo dormido deteniéndolas

y es un dolor que mina

y es el insomnio

y el humor sonámbulo

es contra lo que quiero defenderte

 

y mi sordera te dirá su iluminado puño

cuando el volcán beba y funda

este nido de sed y de sueño

este trepidante grito

esta prisión encinta

te dirá que ya no existe al fin

la roca que te dieron.

 

 

 

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