Río agrio

Jesús Oscar Ugalde

Relieve rocoso, pequeño hogar, descomunal labradora

lentitud forjadora

¿Cuántos golpes minúsculos bastan para tus formas caprichosas?

Cauce de las lluvias, sus caricias salvajes en la piedra

¿Cuándo finalizará la efigie? ¿Cuando sea el momento propio de su destrucción?

O el ultimo minúsculo roce de la otrora suerte de agua viajera,

el fantasma de lo que pareció un interminable río,

mientras sus garras siguen lastimando el cieno.

 

Alza la vista,

Allá en el cielo callado, cuando el Sol duerme,

voltea la noche a dominar protagónica, su ráfaga estelar advierte

pareciera canto de sirenas, las diminutas luces.

 

Rumbo al horizonte,

acullá la fotografía de la montaña,

tan pávida que parece inerte,

furia muerta que cubrió la nieve.


Diamantes de la lluvia

la codicia de la tierra suelta,

brota en sublimes jaspes vivos.

                                                                         

Irrumpe la mañana admirada a dominar un día más en esta pequeña historia,

los rayos celestiales cortan la niebla,

Te extrañamos en la noche, sol dormido.

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