Maldita manía la de querer ser Mesías y salir
Derrotado, desangrado el corazón, y aunque estoy lleno de mil defectos soy creyente del amor, a una persona así es fácil decirle adiós, aún sabiendo que la conexión tenía una gran razón, pero eso rápido se olvida.
Perdió el amor y quizá perdimos ambos, y se que besara otros labios mientras yo soñare con el sabor de los tuyos, tomarás otras manos mientras las mías acarician el retrato que me regalaste, pero se que haré mi aparición magistral en tu mente cuando alguien juegue a hacerte el amor, en tu deseo y en esas ganas que quedaron en pausa, ahí estaré yo.
No hay lágrimas que derramar, pero duele el corazón, como mil agujas que se clavan. Te pido perdón por mi falta de valor.
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
-
Autor:
Gerardo Materan (
Offline)
- Publicado: 31 de marzo de 2021 a las 22:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 12
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.