Aunque parezcan... No son los mismos sueños

Hermes Antonio Varillas Labrador


Hay una diferencia que no debemos obviar,
entre el dormir, sinónimo de descanso;
y el planificar hacia un despertar
que pudiera llamarse fantasear,
ilusionarse, imaginar, idealizar, o anhelar,
pues no resultan ser los mismos sueños,
tanto como decir que no es lo mismo
una cama en una solitaria casa
que en un acogedor hogar familiar.
- Hermes Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía” & “#ElArcoIrisDeLosNiños.


Ciertamente es asi:
Aunque lo parezcan,
no, no son los mismos sueños,
aquellos que tuvimos juntos,
aquellos que soñábamos tener.
Ahora vivo los de mi niña,
los míos se fueron aquel día,
mi amado se los llevo en la mochila del alma.
Pero los míos ya no son los que eran,
aquellos que tenia cuando mi amor vivía,
estos al universo han volado
y yo sin ellos me he quedado.
María Isis


***
Querido amigo poeta,
usted me ha puesto en un brete,
del cual veré entre cuartetas
si puedo salir de este.
*
Que no son los mismos sueños?...
Se ha querido referir
a que por mas que haya empeño
es imposible elegir...
*
En otro soñar distinto
a alguno en particular,
mientras se duerme bonito
a ese mismo regresar?
*
Pues, si a ello se refiere,
pese a quererlo intentar,
no una, sino, mil veces...
Yo no lo he vuelto a soñar!
**
Luis A. Prieto
19/03/2021
3:24 hs.
Bs. As.
Arg.
**
*


Es lindo soñar despierto,
para estar más consciente,
de lo que hoy das por cierto.
Para ello, hay que tener presente,
que es necesario el concierto
de soñadores que viven ausentes.
Si en verdad queremos soñar,
todos juntos, debemos amar.
Raiza N. Jiménez


Soñar sin sentido,
al bebe chiquito
que un día dormido
no va a levantarse
al día siguiente
porque la infección
le quemó la frente,
le corrió en la venas,
lo hizo indolente
y toda la aurora
de familia fuerte
no puede alcanzarlo
a que se despierte.
No siempre se sueña
en cosas precoces,
a veces se llora
por el niño ausente
cuando la infección
el quemó la frente.
Lucy Quaglia


De nuestras negras tristezas somos dueños
Y también de las más crueles realidades
Pero todo lo hacemos bonito en los sueños
que nos hacen olvidar del mundo las maldades.


Aunque parezcan ser sueños,
no son ellos mismos dueños,
ni los que el hombre ha tenido,
cuando soñamos despiertos,
o cuando soñamos dormidos.
Mucho menos sueños nacidos,
siendo iguales, ni parecidos,
del soñar despierto en niñez,
ni el soñar dormido en vejez,
cuando ya hemos enloquecido.

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