En aquel Invierno

En aquel invierno
ya!. Hace un tiempo,
aún recuerdo los destellos
de tus reflejos,
en el que mirarte
me dejaba ciego, en donde
el acercarme a tu cuerpo
me hacía sentir tan
vulnerable que era
mejor soñarte y no tocarte.
¡En ese mismo invierno!
No comprendía lo que sentía,
de cómo una sola
palabra tuya, de noche o de día,
me sometías a tus lujurias,
siendo tu fantasía esas que yo! desconocía.
Entonces decidí no sentir
temor a ti.
Decrete a esconder esos
temores que por desconocer
de tus sabores,
me ahogaba en los rincones
de aquellas estaciones,
en la que jugabamos
hacer el amor, siendo ¡tu!
mi insinuación, y
no mi imaginación.

En ese invierno
en donde sentí el calor
de tu cuerpo,
hoy sigo estando preso
a tus besos, siendo tu
esencia el amuleto
de mis vivencias,
prescindiendo de ese fuego
que me quemaba por dentro,
y que a su vez
reclamaba mi olor, en aquella
estación, en donde tu
llevabas el control,
como un animal sediento
de sexo.
Haciéndose de mi invierno
Un verano eterno hacia tu cuerpo.
H.C.