De "Contraseña"

Poética deslucida del chiquillo

 

Yo, que quiero libre la copa de la poesía,

no soy un artista, si artista es colgar cuadros en el Bellas Artes,

para que lo contemplen o critiquen los de clase media,

si artista es el que escribe poesía para los poetas,

renuncio sin temblor a toda esa vana cosmética.

 

Yo, que he leído el Aullido de Ginsberg,

toda la obra de María Leopoldo Panero, de Rimbaud, de Lautréamont.

No hay que lidiar con nadie,

una mariposa negra se posa en el poema.

 

Yo, que soy un delincuente, que he estafado a la literatura,

enarbolado versos anticuados de amor.

Lo único que sé es que los niños de la Pintana

no leen la poesía de Fray Luis de León,

porque tienen los dedos pasao a caca.

 

Yo, que me crucifiqué con un revolver en la mano,

que renuncié al arte y a la vida, que huí.

Estoy acá, en mi riqueza infinita, bravo ante el sol,

dispuesto a donar mi generosidad a esos niños,

porque desnudo canto y canto el amor al desposeído.

Lo único que hay es vanidad en el arte por el arte,

basura exótica, culta y manoseada.

 

Yo, que soy el peor, un ruin ladrón de versos,

hoy no me solazo, soy el poeta de los torturados,

vuelvo y soy la madre y yerro, porque yo soy el poema,

y ahora va a cambiar la cosita, aweonao.