Extraño Conocido

Noches frías oscuras y claros de luna, traen a este lugar el deseo de sentir su cuerpo cerca de mí. Es indolente pensar que existes pero lejos de la soberanía de mis ojos; mis pupilas me exigen querer verte, mis labios añoran el sabor de tus labios, una lluvia de letras que convierten el pavimento en un mar de palabras, que salen de su mente religiosa. Quiero entender su motivación a acercarse a este ser indomable, que escribe como una desquiciada; cada pensamiento sobre humano que brota, no sé que estoy haciendo, pero mis dedos se empeñan en describir cuan sabio puede ser un poema si la maestría del amor lo acompaña en esta predica. Lo extraño no es escribir, lo extraño es extrañar a un extraño sin causa alguna, que se robó mi atención. Trato de detenerme y pensar como acomodar palabras elocuentes que puedan elogiar una belleza desconocida o más bien como no enamorarme de un pensamiento que me excita el intelecto. El me roba la causa y de manera fallida puedo concluir que no existe amor, eso es algo ilógico! Quizás para poder interpretar la metáfora es necesario leer la frase más de lo necesario para que puedas entender lo mágico del poder de la mente; es una situación incómoda pero detalle a detalle puedo expresar lo que la vanagloria de una idólatra amorosa puede llegar a escribir con tan solo pensarte. Una risa cerebral abruma mis sentidos, pues trato de describir algo que no he podido descubrir en algo que quizás has podido escribir y lo que mi corazón ha podido recibir en lo que aquellas manos bellas pudieron concretar con ese bello pensamiento, ahora dime, ¿Crees que soy de ti?