Yo te quise

Alexandra Quintanilla

Yo te quise,

tal vez no bien,

tal vez no tan mal.

En cuanto a las posibilidades de cómo sabes, este terco, a veces corazón me lo iba permitiendo.

Pero lo hice,

de la manera más honesta que alguien... no sé, que alguien tal vez ahora lo esté haciendo,

Te quise.

¿Ves cómo suena esto?

Te quise, ya no digo te quiero.

Porque sé que si lo diría mentiría en el trayecto.

 

¿La razón del porqué hoy escriba esto...

Quizás porque hoy desde temprano contemple de lejos el recuerdo y, lo hice, te admito, con una tenue y apacible cordura. Lo hice con respeto, pero ya no con la memoria de quien fui cuando tenía el sentimiento.

 

Quien era antes ya no soy, uno cambia con el tiempo,

uno es como lo que es todo en este eventual pasatiempo de universo.

Es tan pasajero como transformativo.

 

Es lógico,

tenía que olvidarte,

de seguirte queriendo tenía que seguir siendo quien venía siendo,

¡válgame la redundancia!

Solo algunas cosas no han cambiado, las peores acaso.

Para mi vaya suerte,

esta manía maña de apresurar al tiempo y por ende y lógica nunca lograrlo.

Esta obstinada y despistada forma que tengo de olvidar y perder siempre las cosas.

Las rompo, se quiebran o caen.

 

Recuerdo que siempre te hacia perder la cabeza, pero la recuperabas.

Yo te quise,

¡y vi al cielo con nudos incalculables apretando fuerte mi garganta!

Dios tanto como los faroles celestiales son testigos de la gran verdad que este escrito aguarda.

Y así como lo hice también te esperé.

Viniste, pero ya no como quería o como quizá te necesitaba.

Ya estabas lleno de reproches, rasguños y aquejas de extraños y ya otros labios habían rosado tus bordes y límites. Ya para entonces yo también estaba en las mismas situaciones.

Lo único en común,

Ya éramos tacto y enlace de otras pieles y otros corazones, yo como sabrás, no tan entregada, tu como siempre tan ingenuo.

Nosotros los encismados, mismos, ya no éramos ni somos quien fuimos ni seremos.

El desinterés es el asesino del amor, y ya este había puesto su guarida en la parte inhóspita de nuestro corazón.

Entonces entiendo que el amor es una cosa que nunca es como uno quiere,

es en pequeñas palabras, impredecible.

 

Y entendiendo eso, aun así, ya no lo aceptaba y no lo acepto y me reniego a sujetar algo como me lo estabas dando.

He decidido que el tiempo y el viento haga lo que su merced mande contigo y tu mundo.

¿Entiendes?

Porque el amor no es dar algo sino entregarse y yo en su momento falle, no lo hice, pero cuando quise, ¡porque juro por todo lo eterno que lo hice!

Vos ya no creías y yo ya había dejado de culparme de tus reproches.

Entonces,

¿Qué espero de ti al hacer esto?

Nada

En lo absoluto

que sepas sencillamente yo te quise y ya no te quiero.

¿Fallaste vos?

tal vez un poco yo...

Nos falló la sincronización crucial que necesita el amor al paso de tu tiempo y mi tiempo.

¿Fallaste vos?

tal vez un poco yo...

Nos falló el tiempo.

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Comentarios2

  • Antonio Zapata

    Hermosos versos, y sí, el olvido nos transforma y es la mejor despedida para el amor.

  • 🔥Ls. Angel

    esta manía maña de apresurar al tiempo y por ende y lógica nunca lograrlo👍



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