Amanecer cincuenta y nueve

Amanecer cincuenta y nueve

Ufff lunes, quien carajo invento los lunes.
Tuve que llegar al hospital a las 6 de la mañana,
tendrías un exámen
y debía acompañarte para firmar los consentimientos.
Conclusión en cuarenta y ocho horas,
he mal dormido, tres,
pero no importa,
ya volveremos a nuestra vida normal
y dormiremos como rodilla hinchada.

Para la derecha, yo seré tu cucharita
y tu el postre,
y para la izquierda, tu serás la cucharita
y yo tu heladito de maracuyá.

La música será nuestro bienestar,
los pajaritos nuestra felicidad
y un abrazo tuyo, mi delirio.

Aprendimos a disfrutar el simple roce de la piel,
como algo maravilloso,
la importancia de las pequeñas cosas.

Cuando tomo tu mano
y recuesto en ella mi cara,
haces gesto de tierna aceptación,
Ah, extrañas mis barbas,
que te hacen cosquillas,
yo te extraño toda,
que me haces feliz.

Volveremos a nuestras noches bohemias,
de un mojito y mil canciones,
con olor a la picadura de las pipas
que un dia me regalaste
y la rutilante luz de las aromáticas velas,
quien quita que hasta unos cuantos besos,
con carácter...
meramente curativo y sin protocolos,
podamos consumir a satisfacción.

Todo puede pasar,
contigo, mi señora doña Milagros,
ya se que siempre me asombrarás.

Ron Alphonso
22 de febrero 2021