Juan Pablo y María

Elisa es

Nos encontramos por aburrimiento y desolación. 

Yo no te busqué, pero tú me encontraste. 

Recuerdo que al verte pensé "... es que soy idiota, debí irme a mi casa, para qué hago estas cosas, retrocede y corre. No sabía que luego me arrepentiría aún más, de haber asistido esa noche, de ese momento de incandescencia, de ver tus ojos, y llorar por dentro, porque ahora que solo tengo el recuerdo del ambar que te adorna, y de las muecas y los gestos que haces cuando estás pensando y te dices a ti mismo " ...está bien".

Eres un idiota en proporciones épicas, te lo dije, lo sabía. Siempre lo sé, reconozco a otro idiota al instante cuando lo veo, pero siempre voy, directo y en picada, una y otra vez, hacia el mismo descenso lleno de telas de araña, donde siempre termino quedándome atrapada. 

Esa noche te dije que eras Juan Pablo Castel, cuando preguntaste si había sonreído porque quedaba en mi rostro como el rastro leve de una sonrisa disimulada. Me mataste, y siempre pensé que yo era Juan Pablo, terminé siendo María.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • versos finitos

    Me encanto este poema suyo.
    Felicidades



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.