Yo aún recuerdo tu voz de tomillo
y el asco que manifestabas a toda religión.
Te recuerdo por tus vulgares maneras
y por el ocaso de sol, cuando plegabas,
de un trabajo que no merecías ni te gustaba.
Tus vulgares episodios y tus pantalones raídos
podridos hasta la cintura, y tus robos y tus manías.
Alguien por algo insuficiente, te acabó delatando,
y corriste por las superficies de pintura como un corzo,
diseminando tu semilla y acariciando la libertad.
Eras pintor, de boca ancha y amplia sonrisa,
nada que ver con los astutos y solitarios bebedores
de las ciudades. Te gustaban los pueblos y saneaste
más de una casa. Hasta que huiste, y huyó medio pueblo
contigo.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2021 a las 02:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Jordina👩🔬, Lualpri
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.