**~Novela Corta - Labios Atados - Parte I~**

Zoraya M. Rodríguez

Y soy Julia, la recolectora de diamantes en la mina de Torre Fuga, cuando en un día me hallé en la mina y quedé atrapada con los labios atados a mi escasa y corta vida. Y viajé por el tiempo, y más por el universo lleno de escombros y de lodo y de tierra con mis labios atados en un funesto y delirante tiempo. Mis pensamientos quedaron adheridos a mi piel y más a mi cuerpo y mi cabeza voló hacia la magia del cielo, pero, no, no era hora ni mi tiempo de marcharme hacia el cielo. Me sumergí hacia un mar profundo. Hacia una inestable sensación de mirar hacia la pureza de los diamantes que había recolectado en ese día, pero, no, no era cierto, que mis labios quedaron por la avaricia del tiempo, y del ocaso y del frío y de la riqueza de los diamantes con los labios atados a favor de la tierra que me cubría entera con la pena y con la pea del día anterior quedé con un “delirium tremens” terriblemente callado. Cuando, de repente, sentí morir, pues, la tierra socavaba muy dentro de mi interior, y como buscando una salida quedó mi cuerpo. Cuando en el delirio delirante del frío la tierra cubrió de calor a mi cuerpo. Y no supe nada más de mí, ni del pasado ni de ese futuro que yo sabía que pasaría algún día. 

Ese día llegué con poder de devorar la mina Torre Fuga, se llama así porque era como una torre y sin poder fugarse nadie nunca. Los mineros eran todos muy buenos y muy respetuosos, pues, en la mina sólo se sabía de dos cosas: ser honestos y respetar lo ajeno. Ella, iba decidida en hallar lo que nunca un diamante en bruto y sin pulir, si era Julia la que pulía los diamantes de la mina Torre Fuga. Ese día, fue soleado y con un rocío en la madrugada muy rico en sensaciones buenas. Y la alborada, ¡ay, del amanecer!, fue hermosa y con un sol muy resplandeciente. Me llevé la vil sorpresa que me tocaba el norte de la torre, en la mina Torre Fuga, yo había laborado allí, pero, era un área con una estructura débil y sin más que fuerzas nada más con las de ella, fui a laborar allí al norte en Torre Fuga. Ya tenía una carreta llena de diamantes y piedras muy hermosas, si era yo, la que pulía el diamante en bruto, pues, en mi hogar tenía muchos diamantes y de todos los tamaños, no hacía trueque ni los cambié nunca por nada, sólo los rubíes y las piedras de menor valor para poder vivir y sobrevivir en ésta vida que llevaba, pues, de algo tenía que vivir. Y los diamantes, ¡ay, de los diamantes!, era rica los guardaba bajo tierra en mi propio hogar, yo les digo, que si les pasarían algo, nadie nunca encontraría o hallaría dichos diamantes para su beneficio y su riqueza. Ese día llegué como de costumbre con mi pala de arrastre para las explotaciones mineras y quise ser la mujer con más vanguardia, con más recursos y con más fuerzas y fortalezas. Me dediqué en cuerpo y alma a la vida minera. En poder extraer lo que en recurso le pertenecía a la tierra. El sol en crepúsculo amaneció, ese día fue como un preámbulo hacia la verdadera existencia, pues, mi forma de extraer los recursos era con mucha fuerza. 

Era yo Julia, la que un día llegó a la mina por encomiendas de la vida, pues, mi vida no era ni era muy buena. Yo amé a un hombre, yo siempre me decía y con labios atados lo amé, pues, era muy reservada y callada y muy retraída en cuestiones del amor. Si me llené de él, pues, su amor era mi único amor, en el cual, la pasión vivía como a flor de piel. Era como la misma sonrisa, me reía de todo con él, pues, lo amé por bien y porque así lo requería el corazón. Cuando en el ámbito personal, yo amé perdidamente a ése hombre de nombre Polo, y le apodaban “Polo Norte”. Era un hombre Jabao, blanco de piel, y albino. Cuando mi amor fue y será Polo. Cuando, de repente, fue y será mi eternidad, pues, esperé por lo inesperado de un sólo amor en la alborada, pintada por un sol trascendental. Conocí a Polo en un “bar” cercano al pueblo y cercano a Torre Fuga, a la mina más rica del pueblo Castillo del Mar. Cuando, de pronto, me enamoré de él, por la zalamería y por su eterna labia, y por tanta picardía que me mostró a mí, a Julia, la que pulía un diamante cada vez que la mina me lo regalaba por yo excavar en ella. Cuando, de repente, gracias a él, conocí a Torre Fuga, cuando ni apenas sabía de ella, era la mina más codiciada, pues, a muchos les dejó piedras preciosas y hasta diamantes, y se decía que ahí en Torre Fuga, se hallaba el diamante más caro de la temporada, el diamante llamado el diamante de cristal azul. Posee un punto negro en su centro dejando saber de la pureza y de lo original y lo verdadero que era. Nadie ni ningún minero de explotación de minerales en la mina Torre Fuga lo ha podido hallar. Si dice la leyenda que él o la que lo halle en la mina ocurrirá un mal desastre en la mina, pues, es el diamante más poderoso, más brillante y más fuerte de todos. Tiene una dimensión de 5”x7”, y es bastante inmenso que todos los anteriores que se han hallado en la mina. Con toda mi experiencia, si era yo Julia la que pulía los diamantes en bruto, digo yo, que... -“nunca, nunca se podría hallar tal cosa y todo porque la tierra es bastante espesa y gruesa, ya que la dimensión de ella, en su corteza era extremadamente fuerte. Se tendría que excavar demasiado fuerte para poder hallarlo, pero, ese diamante era tan puro como tan transparente y con tanto brillo en que sólo la fuerza celestial podría con él...”-. Y sí, que era tan fuerte en su naturaleza, y todo porque el desafío, no era hallar al diamante sino que no ocurriera el vil y el terrible desastre dentro de la mina.

Cuando yo, sólo yo, divago en mi pensamiento cubierta de tierra y con los labios atados y sin poder expresar mi dolor ni pedir auxilio ni socorro. Sólo sentí el desastre derrumbarse ante mí, y sin saber que el futuro ya lo sabía, pues, mis fortalezas ya se me venían abajo y con toda la tierra encima y tapando mis labios atados con la misma tierra. Sólo dije que la avaricia trastoca mi esencia y más mi delirio en obtener más y más, trabajando con más ímpetu y con más codicia y con la misma avaricia de siempre. Dejando siempre en mi  ademán frío y tan gélido como la misma forma en atraer lo que formó una verdad, cuando bajo tierra dije que yo era como un diamante en bruto y sin pulir. Cuando su presencia fue como una terrible ausencia, dentro del instinto propio cuando la tierra socavó muy dentro de mi propia piel, cuando callé lo que debía de callar y caí bajo tanta avaricia que me dejó fuertemente débil y con todas mis riquezas extremas. Y con tanta tierra con los labios atados, pues, mi forma de amar a los diamantes y a las piedras preciosas que yo hallaba en esa mina, eran realmente inmensos. Cuando en el delirio y en el frío me dediqué en ser la minera más explotada de minerales preciosos, cuando en la mina me llamaban es -“Julia la que pulía el diamante en bruto”-. La que en la buena suerte era como la bondad del desafío, y del todo frío en el cuerpo desnudo, por que era como la fría honestidad desnuda como toda la verdad en la explotación minera de piedras preciosas y de un diamante perdido, el cual, no se hallaba en la mina, pues, no se dejaba hallar en la tierra sin explotar. Cuando me remueven hacia el norte de Torre Fuga a explotar minerales, pues, mi esencia y mi presencia, se hallaban más tan desertoras cuando no hallaba  el diamante puro y en bruto y con un punto negro real en su centro, el azul. Si era como el desenlace o el final de un mal comienzo cuando mis labios atados quedaron fríos e inertes, cuando en el ocaso se dió lo más fuerte, un derrumbe y tan frío como la misma mortal y letal muerte. Cuando mi adiós, y mi corazón se dedicó en ser fuerte como mi eterna razón esperando por el auxilio o por el socorro, cuando mis labios atados quedaron fríos e inertes bajo la profundidad de la tierra y como un tapabocas quedé adherida como el imán y tan destrozada en el suelo del norte de la Torre Fuga. Cuando en el instante quedé como tan huérfana es la vida, y como la boca queda desierta y como un desértico y errático momento quedó mi boca con labios atados, pues, mi instinto caló muy hondo, cuando en el desierto quedé atrapada y atada como un gusano en la tierra y sí, con salida, porque ellos salían de sus cuevas y yo tenía una sola esperanza en poder salir como nada más un gusano sabe hacer y de su propia cueva. Sí, si yo era como la misma fuerza, como la misma tierra, pues, sólo el derrumbe era como abstracto si yo siempre tuve la fuerza en poder salir, como los gusanos bajo la tierra. Cuando el aire apenas se podía respirar, cuando en el suburbio de la tierra sólo yo aspiraba tierra. Y mi pensamiento iba y venía, solamente me veía aterrada y aferrada hacia la salida, buscando un hueco para poder respirar si la mina estaba tapada totalmente de tierra y sin poder salir yo no podía más que quedarme allí y petrificada. Cuando en el instante yo debí creer que el secreto se debía de saber y que yo había hallado al diamante azul aquel en que todos hablaban y más querían. Cuando, de repente, escuché una voz y era la de mi compañero en la mina, el que estaba a mi lado en el norte de la Torre Fuga. Cuando en el momento se debió de aterrar lo que aconteció allí, que a mi parecer se debía de atraer la tierra cada vez que me movía más con el cuerpo. Si yo pensaba en ir y venir sin soportar la tierra en mi rostro y mucho menos en mi nariz sin poder respirar. Cuando en la posición en que me hallaba, sólo yo penetré en un abismo sin salida, oscuro y tan perdido como la misma mala suerte en que se derrumbó la mina en pedazos. Cuando en el suburbio autónomo de ese vil pedazos de alud de tierra, encima de mi piel y de mi cuerpo, esperando la muerte tan inesperada, pero, muy certera, porque cuando te llega la hora es la hora, pero, no, todavía no era mi tiempo, era mi luz y mi trascendental armonía en cuanto a la seria luz en que veía yo el final del túnel o de la mina en el norte de Torre Fuga. Si yo tenía los labios atados, fuertemente contra la tierra y más con los labios cercenados por la tierra en mi boca sin saber que no me dejaba vivir ni hiciera que yo pudiera respirar. -“Si del polvo venimos y hacia el polvo vamos”-, una frase de Dios tan cierta como tan verdadera. Cuando en el instinto me debatía entre la vida y la muerte. Cuando en la ciencia más marcada entre la fuerza terrestre y la debilidad de la fuerza de una sola mujer y, más, bajo tierra me requería y me pedía la vida poder morir. Mis sentimientos iban y venían desde Torre Fuga hasta la primera presencia de la mina por el sur y abastecida en el norte de tierra por la cúpula de la mina, casi moría en el interior de la mina. Un sólo diamante llamado azul, con un negro descendente en su centro que pretendía constatar su pureza y su verdad que me hizo hallar después de excavar en el norte en Torre Fuga. Cuando en el delirio y tan frío como el hielo, me dediqué a hacer psicosis después de permanecer bajo tierra. Cuando imaginé ser salvada por un príncipe o por un alto ejecutivo de esta mina, pero, no, caí en redención y subí al cielo y lo bajé a pie, como si hubiera llegado desde un paracaídas y sin saber dónde caer caí bajo tierra. Y buscando una salida como un feliz gusano, sabía que un gusano se convierte en una bella mariposa, y que puede volar lejos también. Cuando, de repente, cerré los ojos y ví el diamante y me dije yo misma, -“y sí, si soy yo Julia la que pulía el diamante en bruto”-, y lo ví y yo presentí un diamante azul transparente y como las mismas nubes del cielo. Y lo ví, otra vez, cerré los ojos cuando yo palpé su brillo, y más su lucidez y nitidez, y sin ninguna intención cuando quise que fuera mío, pero, llegó el tiempo de casi morir en ese intento suicida de tragar y lanzar tierra desde mis labios atados y con la misma fuerza de haber obtenido la tierra en el mismo instante en su propia boca caí en una terrible psicosis casi desmayada. Y me mantuve pensando, delirando de fiebre, y viendo el diamante en bruto casi pulido por mí, pero, cuando desperté sabía que aún estaba bajo la misma tierra que me aún me ahogaba y de donde no creía ser salvada. Cuando, de repente, caí en una total depresión psicológica entre querer vivir o morir, cuando en mi corazón, sólo pensé en querer vivir más y todo por la riqueza extrema de mis piedras preciosas y diamantes por la explotación mineral en Torre Fuga.                                   




Continuará…………………………………………………………………………………………         

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de enero de 2021 a las 00:02
  • Comentario del autor sobre el poema: Es Julia la que pulía el diamante en bruto, cuando era una recolectora de explotaciones minerales cuando en la mina quedó atrapada con sus labios atados, sin mediar una palabra… y ella lo sabía que algún día pasaría y que quedaría con labios atados y en una mina… Mi 3er novela del año 2021...
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 21
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.