Más no podrá
mi corazón aguantar,
la tumba fatal
de tu gran lamentar.
Mortal peso de la tristeza
de tu tristeza,
y aunque no lo parezca,
rezo porque Dios te compadezca.
Adiós, adiós te digo,
a Dios, a Dios le pido
que tu corazón se llene de olvido.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar [email protected] Regístrate aquí o si ya estás [email protected], logueate aquí.