Nosotros,
que nunca hicimos nada mal,
al final perdimos,
llegamos tarde a casi todo,
irremediablemente ya,
todo había cambiado.
Ahora nos vemos cada tarde
vistiendonos
con el sombrero
de la incertidumbre.
Nosotros,
que nunca hicimos nada mal,
al final perdimos,
llegamos tarde a casi todo,
irremediablemente ya,
todo había cambiado.
Ahora nos vemos cada tarde
vistiendonos
con el sombrero
de la incertidumbre.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.