Cartas a la cigueña

Caracas, en un día de aquellos, de los que recuerdo con cariño.

Estimada Señora Cigueña:

Tengo a bien escribirle éstas líneas, a fin de hacerle llegar mis emociones:

El día de ayer, bien de noche, antes de dejarme llevar por mi alma cansada, me di cuenta que Luz de mis Ojos ya es parte de nosotros. Suavemente acaricié el vientre de mi amada y logré con escalofríos recorriendo mis sentidos, sentir los movimientos perfectos de ese ser que nos llena de vida.
Sabe que lo esperamos con ternura y sapiencia porque, aunque jóvenes, hemos tratado de aprender en la continuidad de la vida a enfrentar la responsabilidad.

Es ésta ocasión propicia para agradecer a usted la voluntad de elegir a éstos seres que siempre se han amado, para entregarnos pronto en nuestros brazos a nuestro niño. Cabe decirle que se está alumbrando el camino, nuestros corazones ya se sienten comprometidos y entrelazados para entregarle nuestro cariño.

Estimada señora Cigueña, llegue pronto por favor y en su vuelo cuídese mucho, porque de esa inmensidad y de los misterios nunca resueltos, él ha de llegar para felicidad nuestra y es nuestro deseo recibirlo en noble cuna, en un jardín de infancia con flores de alegría, libres y en la prosperidad de nuestro tiempo.

Bueno, nos despedimos en un hasta luego, esperándola en silencio, regalándole una sonrisa y una esperanza; esas que nos acompañan a mirar el horizonte en los brazos de la verdad y del caríño...

©ricardo_felipe

El último bardo