Ser todo sin ser nadie

Alexandra Quintanilla

Con el tiempo se va entendiendo que la vida del ser humano no sólo se resume en la simplicidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. Que las relaciones románticas están bien y son actos y tiempos melódicos en la vida, pero hay más que eso, hay por ejemplo una naturaleza que apreciar, un libro que leer, millones de estrellas y días soleados en los que puedes acompañarte de ti mismo. Ser y crecer a propia cuenta y a tu propio ritmo sin la intervención de nadie, a eso le llamo esencia. A veces me cansa entablar conversaciones solo de bienes y males romanticos, ¡hay más por hablar! Hablemos del cosmos, de la retórica del que habla bien y actúa mal, hablemos de las travesuras que hacías de niño, de por ejemplo la historia de lo que este hecho ya, de ese soneto que hizo que la piel se te herizara. Con el tiempo se aprende de todo, como el hecho de que es más importante vivir que estar vivo; comprendes la satisfacción humana, del agradecimiento, y pese a que muchos le llamen conformismo, te enseña a que con el solo hecho de un nuevo día ya eres lo suficientemente rico, porque dentro de la maravilla de las cosas como la música, el café, el arte y la naturaleza que son la verdad dentro de la verdad. No tener nada y no ser nadie a veces es serlo y tenerlo todo.

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