Fantasmas del pasado

Margarita Isaias

Las pesadillas no terminan, mi mente obnubilada por la bruma de terribles confesiones,

de sombras de aquellos que me torturaban día y noche no cesan. Meso mis cabellos con desesperación,

golpeo mi cara con mis puños, no quiero ser yo, ya no puedo con tantos pecados en mi espalda.

Los tranquilizantes me adormecen, pero no borran el horror de lo vivido, el recuerdo de las lágrimas de

aquellos a quien amo que queman terriblemente mi agotado corazón.

 

Recuerdo mis largas noches de insomnio, a la expectativa por si a alguno de esos demonios se les ocurría

visitar mi cama o la de alguno de mis hermanos. Escuchaba el llanto de una perrita de vez en cuando que

me ponía la piel chinita de imaginar el dolor por el que estaba pasando en manos de estos pervertidos. Perdí

mi inocencia muy pronto, cuando alguna de esas noches alguien me tomó a la fuerza cuando era apenas una

criatura. Mis recuerdos entonces fueron bloqueados por el intenso dolor y el miedo a expresar lo sucedido.

 

A los niños nadie nos cree, tan sólo somos recipientes para tirar su veneno y su basura. Sólo somos hilachas

en los cuales pueden restregar sus asquerosos genitales.  De adulta la culpa me ha perseguido, me ha hecho

sentir un objeto devaluado, una rama caída que se ha secado en algún árbol. He vivido al filo del peligro, no 

puedo funcionar si no utilizo antidepresivos y tranquilizantes, es desesperante quisiera golpear mi cabeza contra

la pared hasta que explote, pero tengo hijos a los cuales no podría lastimar con mis acciones. Mejor callo, de nuevo.

 

Mi corazón está angustiado, estoy inquieta por ellos porque sé que han sufrido mucho por mi trastorno emocional

y porque los he expuesto a pasar por situaciones semejantes a la que yo viví. No me explico porqué lo hice, porqué

olvidé y los aventé a las garras de los leones. Esta culpa me está matando, si bien no pasaron por todo el dolor con 

el cual yo fui afligida, si fueron elegidos por los monstruos para torturarlos cuando yo los dejaba para ir a trabajar. 

Mi corazón está resquebrajado y sangrante, lleno de odio que quema mis entrañas, no sé como seguir viviendo.

                                                                              

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  • Autor: Margarita Isaias (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de noviembre de 2020 a las 05:25
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 63
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Classman.
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Comentarios3

  • Margarita Isaias

    Escucha a tus hijos, no eches en saco roto sus palabras.

  • argantonio

    Es un milagro sobrevivir a tan ignorante crueldad tú lo has conseguido. Saludos valiente

    • Margarita Isaias

      Hasta ahora y dando tumbos pero aqui estoy. Saludos Antonio.

    • JAVIER SOLIS

      El amor de madre se impone ante cualquier estado de depresión u obsesión.
      pero todo ello causado por depredadores que llegan al poder.
      Muy bueno
      Con cariño
      JAVIER

      • Margarita Isaias

        Asi es Javier, el amor de los hijos es la fuerza que nos ayuda a levantarnos cada mañana. Gracias por tu comentario. Un abrazo.



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