La amé con locura, de forma candente,
con alma completa, sensible y ferviente.
Jamás mis delirios, con alas astrales,
se fueron bordando de blancos rosales;
igual que las tardes, con tiernos rituales
de amor y de gloria, con besos sensuales.
Me dio su caricia tan dulce y divina
llenando mi vida de luz cristalina.
Ahora en mi hastío, brutal y doliente,
me azotan las penas con fieros puñales
que hieren mis sueños con sed asesina.
Contemplo esperanza tan mustia y cetrina,
sin luz y sin brillo, flotando en marjales,
que apagan su flama que fue tan ardiente.
Y aquella ternura, de piel ambarina,
perdió su frescura tan tersa y prístina.
Hundido en los cierzos de los pantanales,
me invaden a diario, tormentos fatales,
que traen espinas, que forman caudales
de míseros trinos, de tristes zorzales,
que observan se esfuma la cálida fuente
que fuera de versos, gloriosa vertiente.
Autor: Aníbal Rodríguez.
Comentarios3
Qué poeta es usted mi amigo
Saludos afectuosos
Es para mi gran placer tener la bendición de tu afecto y amistad. Mi fraterno abrazo querido amigo.
Encantado de leer tu obra. Un afectuoso abrazo.
Gracias mil apreciado poeta por su gentil visita y benévola opinión de mis letras. Fraternal saludo.
Extraordinario poema Anibal, digna joya de un ilustre orfebre como lo eres amigo y poeta. Mis sinceras felicitaciones. Aprovecho para comentarte que hoy me ha visitado mi hermana y me trajo como regalo el libro "Poesía" de tu compatriota Rubén Darío, mas de 350 páginas de poesía pura y de la buena, al rato comienzo su lectura.
Un abrazo amigo
MANUEL
Siempre tus comentarios son estímulos que agradezco con el corazón. Me alegra que comiences a estudiar la obra de nuestro gran Darío, que es del mundo. Te confieso ha sido mi verdadero maestro. Fraterno abrazo.
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