Muerte encontrada

TRISTE TROVADOR

 

Hastiado de mí, radiante de mi todo, un ser que ya no soy, herido por las esquilar de la vida, hundido a medias en mi lago agónico de recuerdos, marchito como sensitiva estival, atado en una red de cristal que me sofoca hasta la incandescencia. Veo el final del tobogán de mi vida.

Un andar tranquilo, un frondoso bosque de hojas perenes atravieso, un pastizal inmenso observo.

Voy por él cómo por la vida, pasos timoratos me acompañan, parpados cerrados por una fulgurante sombra, reciben una noche llena de profecías.

Un caminar entre las espesuras de los tiempos, un lago como hierba brota, se hincha el pasto y el agua paso a paso toma forma; gota por gota honda forma toma y se edifica. 

-que agua tan generosa-

Un canto, un viento súbito, piedras que brotan del pastizal con radiantes alas, que la atmosfera oscura llena como pájaros en desbandada. Allí atado, lleno de mí, absorto de mí, en presencia de un sonido súbito, en el febril estado de conciencia, en un fulgido instante, en la esbeltez del manto de niebla que se posan en sabana santa sobre el remanso del lago, concibo unos ojos, una lánguida forma, una imagen que no se quiere ver, cuerpo de fuego, triste mirada, figura ¡inmaculada!

¡Que forma tan amorosa toma!

Decrepito ya, mustio si, mi llanto se deshace, en mis huesos mi conciencia se derrama, en un rostro sin facciones me convierto, en una charca mi cuerpo se transforma, mi último aliento en pedazos de palabras te menciona.

“búscame en las sombras de un día próximo, en la soledad de tu silencio, en la primera luz de la mañana sobre el zaguán abierto”.

“búscame en la preñes de un vientre que se desflora, en un candil de la noche que ya no prende, en la ultima frase de un cuento”.

“búscame en la libertad del ave en pleno vuelo, en el insomnio tembloroso de mi almohada, en las centellas del trueno

“Búscame en el sonido de la noche, en las sombras que te abrazan, en la camas vacías, en tus días serenos.

“Aunque el cielo se nublé y el sol se oculte en él; búscame, aunque creas que ya no esté.

¡“Pero siempre búscame.”!

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