El recuerdo de mi madre

Edel Vicente González Pérez

Ahí, siempre ahí,

estás madre mía;

dulce como la brisa

de los alisios, atemperas

el calor del verano,

y cual lucero rutilas

en momentos oscuros.

 

A mi primer lloro

fuiste nutrientes;

tus pechos satisfacen

mi creciente voracidad,

me empinan sano y fuerte.

 

Lo supe madre,

supe de tu bregar

para cargarme en tu seno;

con dolor me alumbraste

y te sentiste dichosa.

 

Llegan mis entendederas

y me presentan a la bondad

hecha persona,

con normas para la vida

y señales en el camino.

 

Me enseñaste a ser bueno,

tarea que cumpliste airosa;

vigilaste de noche

y trabajaste de día,

con nanas de susurros

conciliaste mi sueño

y al despertar tus labios

rozan mi tes con un beso.

 

Excelencia en la cocina:

¡Qué rico ese arroz

con legumbres negras!

y vuelves a ser nutrientes

en la sequía y en la abundancia.

 

 

Yo llevo tu imagen en mi mente,

tu cultura en mi sangre,

de aquellas hábiles manos;

de los bombachos de mi infancia,

de la costurera, la cocinera,

del arroz congrís endulzado,

de las cataplasmas para la fiebre,

del acerbo aceite ricino

colofón de la pócima

en la empírica cura de parásitos.

 

Manos hechas para el arrullo,

derroche de bálsamo

para íntimas penas,

corrigen el desvarío,

acarician en el dolor,

alientan en el pesar.

 

Conociste la palabra

creíste en ella

mas ignorabas el abecedario;

me pusiste en su camino

y las letras me poseyeron,

-me llenaron, me desbordaron--

y su torrente te arrastró, madre

y de mi mano las tomaste,

aprendiste a juntarlas

y leíste y leíste el libro sagrado.

 

La madre, ya esté cerca,

ya esté lejos,

es de nuestras vidas el soporte

y cuando se nos va

¡tan inmenso amor,

divino amor!

El mundo se abre

bajo nuestro pies.

 

27 de octubre de 2020.

 

Edel Vicente González Pérez

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  • Autor: vateignoto (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de octubre de 2020 a las 04:39
  • Comentario del autor sobre el poema: Los últimos 13 años de la vida de mi madre, con un Alzheimer galopante, los pasó en la residencia Santa Rita II, Puerto de la Cruz, Tenerife, al amparo de Don Antonio, Santo Padre de sotana negra y corazón de oro. Hoy estaríamos celebrando como de costumbre en fiesta colectiva su 101 aniversario y para ello he horneado esta tarta de versos del recuerdo, un himno a las ternuras que mi madre provocaba en mi. En esta recopilación de recuerdos es posible que se repita algún verso subido en otros poemas a mi madre, que no podían quedar fuera.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 36
  • Usuarios favoritos de este poema: Alberto Diago, Vogelfrei.
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Comentarios2

  • Alberto Diago

    Muy hermosos todos tus versos, llenos de agradecimiento y amor. Bellos recuerdos de aquellos innumerables actos de afectos profundos. Un Abrazo.

  • Vogelfrei

    hermoso recuerdo querido amigo te mando un fraternal y fuerte abrazo



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