El templo que alguna vez fue tu morada,
ahora es un refugio de almas errantes;
la plenitud que alguna vez tuvo fulgor,
hoy es presa de un silencio sepulcral.
Allí donde el arrebol comienza a florecer,
cuando la aurora permanece inerte;
allí donde el holograma de tu nombre,
ha llegado a los confines del Hades.
Ahora sólo existe un afán sin dueño,
un deseo vehemente de libertad;
sólo hay ausencia de fulgor,
existe apoteosis del olvido.
Comentarios3
SIMPLEMENTE MARAVILLOSOS VERSOS.
Gracias por tus palabras Alicia.
Dejas un sabor triste y al mismo tiempo de esperanza. Saludos
Aprecio tu comentario. Saludos Argantonio.
Yega el momento de recordar todo lo olvidado y a TODOS los olvidados
Un saludo
¡Así es! Saludos.
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