La respuesta a mis plegarias

Luciano Camaño

 

Dejame quedarme en tu pecho, me siento seguro, me siento pleno
Déjame quedarme un ratito, siento que no hay tiempo cuando estoy ahí, que puedo respirar, sentir, vivir.


Abrázame que lo necesito, me siento vivo cuando lo haces.
Abriré mi corazón contigo, por favor aguantame que no lo hago con nadie y eres la única con la que puedo romper mi coraza, sacarme la mordaza del miedo y hacer conmigo mismo las paces.

 

¡Escuchame Por favor! Aunque no quiera hablar. Tengo un infierno que recala hasta lo más hondo de mi y esto es así en cada paso que doy puesto que tengo un miedo que me invade; Este hades no es de fuego ni de llanto, sino de la soledad más inmensa, el frío más intenso y el silencio más ruidoso. Y es por ello que callo siempre, no quiero que alguien se hunda en ello pero por favor sálvame de él que no quiero hundirme más.

 

Requiero de ese perdón divino, de la promesa cumplida en la cruz de Cristo, mis plegarias constantemente se basa en ello y sentia que no eran respondidas por la vida vacía que llevaba;
Ahora estoy en tus brazos, en tu pecho mi amada, besas mis heridas y te conmiseras de mis vivencias, de mis pecados y mis desgracias, me brindas el perdón divino que estaba buscando y que tanto anhelaba.

 

Contigo, mi plegaria fue contestada. El lavatorio de mis culpas, miedos, inseguridades, frustraciones fueron esas palabras, tu pecho, tus brazos y besos;
Luz a mi alma, a mi corazón y a mi cuerpo eres, honor a tu nombre hiciste y solo puedo darte gracias por ello ¡Por favor no me dejes! Eres la mujer de mis plegarias.

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  • Autor: Âme esclave (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de octubre de 2020 a las 00:10
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 29
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