Te busco en la gente

migreriana

  Es verdad, no puedo negar que te busco, doblo las esquinas con cuidado,

  sè que estàs en algùn lugar pensando còmo, cuàndo y por què pasò.

  La lluvia limpia las aceras del parque y yo me pierdo en las ramas de los àrboles,

dejò que el sol me dè algo de lo que el destino me dejò, tal vez nunca lo sepas,

pero mi piel se estremece ante un simple discurso de remembranza, allì estoy,

buscando mi deseo que se pierde en las pàginas de Neruda, en los interludios de Proust,

la literatura me abraza con palabras y me consuela saber que al menos estoy recitando versos.

 

Es verdad, la rutina nos hace pobres y sòlo somos el camino de los que nos acompañan.

La juventud es el àrbitro de nuestras pausas y nosotros nos trepamos por ella para permitirnos volver.

El juego del amor reune algunos años y es por eso que me alegro de tener el orgullo de ser gitana,

de arrancar de mì los resentimientos y remover la felicidad que me hizo sentir ùnica y tuya.

Te busco porque creo en lo que el amor respira en mi vida, lo sè y no necesito màs repuestas que la de mis versos,

lo sè y te sigo buscando hasta que tu decidas compartir la misma tarde, en la que no tuviste pelos en la lengua,

en la que la pasiòn te encendiò los ojos y dejaste en mi vida tu nombre y un puerto para anclar mi corazòn.

 

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