Poema XCIII

Alonso Moraga

A Hellen Blass…


Amada, que admiras en la sombra
de la estancia tenebrosa,
escala de los sueños primorosos
de mi alma apasionada;
no temáis.
¡Venid al abrigo de la lumbre
que guardo entre mis labios,
buscad la tibia quietud de mi palabra,
y atad a este amor tu alba pura!


Amada, que velas entre mis noches
la batalla de mis miedos,
fruto de las dolorosas horas
pasadas y fantasmas traicioneros;
no temáis.
¡Venid al consuelo pasional
de mi delirio, tomad mis manos nerviosas
con las tuyas de seda, consumad
tus ensueños de niña
con mi amor de poeta!


Amada, que aguardas junto a mí,
en mis ensueños, el cariño sincero,
a culpa de la distancia y del tiempo;
no temáis.
¡Tuya es mi poesía,
tuyo mi canto, mi amor,
mis noches y mis sueños!

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  • Autor: A. M. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de septiembre de 2020 a las 19:21
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 56
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