Encerrada en tus ojos

Alabama Selva

 

Como un pez entra dentro de su arrecife a la selva de su mar,

entré a tu mundo a través de tu mirada.

Seducida por su oleaje, y a la deriva de tus besos

llegué hasta esa playa solitaria, a la que, sin ti, le faltaban sus olas.

 

Una pesadilla que no quiere irse, deseosa de ser materializada,

y un cupido de alas cortas, que entre las algas

maquillaba la verdad como un conquistador de corales moribundos,

iban partiéndome el alma.

Y tú, con tus versos descontrolados

que quieren acariciarlo todo sin apenas rozar nada;

besando madrugadas desnudas que te abren las venas,

pero te cierran ventanas.

 

Secuestro de amor ilimitado con libertad limitada.

Historias de amor imposibles, condenadas al olvido de un mañana. Inmoladas.

Arrastradas a presencias ocultas que nunca reconocí.

Me dibujaste en un espejo como si fuera una nube de paso,

ignorando al destino que me trajo hasta tí.

Y como siempre, desafiando a las leyes del universo

volvimos a buscarnos una y otra vez.

Trazamos límites para no hacernos daño,

pero tu soberbia siempre fue más fuerte.

Tus murallas más recias. Tu ejército más grande.

 

Ahora perdida en el índigo de tu memoria,

cubrirán las telarañas mi legado de amor,

vertebrado en esos abrazos que nunca te di.

Y con tanto amor y amarte tanto,

tú te fuiste y yo me hundí allí,

encerrada en tu mirada;

en ese arrecife de coral del que ya no sé salir.

 

Y en el agua, reina ahora un silencio siniestro

de corales desteñidos y vidas desesperadas;

pero yo, cruzada por la ballesta del océano que ahora me guarda,

siento que soy feliz.  

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