El jinete fantasma

jorge enrique mantilla

El jinete fantasma

 

Una tarde a lomo de la mula rucia, atravesaba la quebrada de los acostados

Pisó una piedra resbaladiza y nos fuimos de bruces al remolino formado

La bestia no volvió a salir y el pánico de gritos sin ecos escuchados

Empecé a serpentear el camino hacía la colina de los buitres soñados

Se hizo de noche y llegué a la cima de un monumento en ruinas, por nadie visitado

Un castillo de piedra y de muros alargados, de épocas coloniales recordados

Sus zaguanes y pasillos entre malezas, de refugio raro, de sombras espeluznantes extrañados

Me recosté sobre un inmenso árbol de ceiba y el sueño me acogió de pesadillas, imaginados

 

Me despertó el relincho de un caballo, cerca donde me encontraba dormido

Un corcel azabache, tan negro como la oscuridad de la noche, sin tragos de amanecido

De sus patas y cascos salían chispas de llamas y de fuegos encendidas

Y sobre su lomo, un jinete sin cabeza, de miedos y espantos estremecidos

Blandía una espada al rojo vivo, desafiando al intruso escondido

Quedé inmóvil y paralizado, mudo y asombrado, de pavores y sustos invadido

Caballo y jinete fantasma, recorrían las ruinas del castillo, de albores desaparecidos

Buscando al que le cercenó la cabeza, en las oscuridades de trincheras permanecidos

 

Castillo olvidado de fantasmas, en la colina de los buitres, lleno de gritos y dolores

De batallas y guerras, de épocas remotas de la historia de sus escritores

Llenas de anécdotas, de mitos y leyendas de habladurías y rumores

Donde un soldado jinete, fue decapitado por una turba de energúmenos cazadores

Y el caballo fue atravesado por una lanza, que atravesó su garganta, la sangre de sus interiores

Convirtiéndose en fantasmas, que arrastran los dolores de sus traidores

Y en noches de luna nueva, reclaman justicia de la cobardía de sus estupores

Buscando su cabeza cercenada y perdida, el demonio de sus horrores

 

Corcel y jinete sin cabeza, envueltos en llamas de fuego, con pazos de diablo endemoniado

Les daban vueltas a las ruinas y se dirigieron a la ceiba, donde yo estaba cabizbajo y recostado

Una brisa fría y una neblina oscura me rodearon y quedé agonizando y de los estertores, paralizado

Con la espada en llamas, cortó una rama y cayó a mis pies, de su furia blandiéndola anunciado

Los relinchos estremecedores del caballo eran muy cerca, estaba atónito, temblando de miedos tétricos asombrados

 

Sentí en el pecho una coz, que me levantó y por la colina de los buitres fui rodando

El dolor era inmenso y los quejidos aterradores, escuché bullicios de gentes que venían hacía mi caminando

Me dijeron, que eran las tarascas del mismísimo demonio, que venían por almas y cuerpos, pero a mí, por lo que veían, no me estaban buscando

 

Caballo y jinete sin cabeza, fantasmas que deambulan helando la sangre de intrusos y mirones

A los avezados, que cruzan en las noches caminos, desafiando y retando sensaciones

Demonios, que abandonaron el infierno, la maldad de sus intrigas e imaginaciones

Colina de los buitres, de miedos y pánicos, que agitan y paralizan del miedo los corazones

Jinete sin cabeza, que anda buscando al que lo decapitó, por zaguanes, aposentos y rincones

Experiencia nunca vista, ni vivida, sin palabras ni explicaciones

Solo el rumor de experiencias, de habladurías y de imaginaciones

 

“Joreman” Jorge Enrique mantilla – Bucaramanga sep 18-2020

  • Autor: Joreman (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de septiembre de 2020 a las 14:22
  • Categoría: Fantástico
  • Lecturas: 24
  • Usuario favorito de este poema: Johanny de Jesus.
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Comentarios1

  • Johanny de Jesus

    Muy bueno! Excelentes imágenes que atrapan.
    Me gustó!. Saludos..



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