Cuento de terror.

Alcon



 

Uriel y yo viajamos a la montaña para acampar y poder admirar la Luna llena nos gustaba la astrología, también veríamos un acercamiento de Marte, para poder verlo llevamos nuestros telescopios, y aún que se que se escucha algo de Nerds, pareciera genial estar escuchando música metal,  a mitad de la noche y fumando para el frío, recuerdo que tenia el 20% de batería y mi celular era el único contacto con la civilización ya que arriba pocas personas acampaban un lunes jejeje.
Después de 50 fotos aprox. Y un par de cervezas decidimos preparar nuestros alimentos para después dormir, aún que no sabríamos que sería nuestra última cena juntos.....
Uriel era fanático de hacer ejercicio y por tanto un hacha en su maleta para cortar la Leña no debía faltar, poco caminamos para encontrar unos troncos perfectos para no quedarnos sin fuego toda la noche, más importante fue colocar bien las casas de campaña y cubrir la Leña seca por alguna lluvia, recuerdo que la cena no fue normal, primero comencé a notar falta de leña en nuestro montón, le pregunté a mi amigo si había avivado el fuego y dijo que no, pero con voz de  asustado, aún que no quise preguntar más, presentía que algo pasaba, después de media hora de silencio, solo escuchando algún crujir de ramas secas cerca, y notar algunas gotas de sudor que recorrían la frente de mi amigo, fue que un hombre se acercó a nosotros y tomo su brazo derecho de amigo, rompió el hielo!, y lo único que pude ver antes de ser golpeado con un tronco en la cabeza fue que el le dijo, mejor no hubieras venido,....
Cuando desperté estaba atado a dos árboles con algunos animales amarrados muertos y adornados  con santeria para algún tipo de ritual, por más que suplique que me soltaran, nadie me miraba, había 6 personas con ropa negra y cabello largo nada de batas negras y esas cosas sólo algunos metaleros, darketos o al menos así los pude describir, más pasó algún momento de silencio en mi aceptación de mi destino a morir que una señora de edad avanzada llegaba con un portafolio de piel y dentro sacaban un par de cuchillos y algunos listones de colores con plumas negras. Cuando de una carpa improvisada se acercaba mi amigo. Y ellos empezaron a preguntarle !¿!¿!¿No que querías saber lo que era el cambio?! Sabes por qué estás aquí ?!
Mi compañero sólo respondió, — quiero saber lo que hay después de la muerte y estoy dispuesto a morir o a matar por saberlo, —!es hora ¡¡ Gritaron al mismo tiempo, y cuatro que tenían los cuchillos sacaron sangre de sus manos para dejarlas caer en copas que después de beber un poco vertieron el resto de un tazón que estaba al centro de un pentagrama echo con sal o polvos y veladoras aún que lo que más llamo mi atención era la cantidad de animales que tenían al rededor, que seguían vivos pero estaban pintados con pintura negra.

Mis últimos pensamientos sólo eran de que ellos me matarían aún que sólo se enfocaban en mi amigo después que los pintaron con la sangre de aquellos tipos, se recosto en el pentagrama, — a mi naturaleza regresó !! —Animal que llevo dentro, Aceptame que en ti me quiero transformar, gritaba repetidamente hasta que por algún tipo de brujería satánica,! el se estaba convirtiendo en un animal peludo pero salvaje¡ con un tamaño desconocible la forma de su cuerpo no era para nada de este mundo, y ahí empezó mi miedo, el no dejaba de mirarme con esos ojos rojos llenos de sangre y las pupilas amarillas, rugiendo y ferozmente estrenando su nuevo cuerpo, a lo que los tipos de negro comenzaron a llevarle cada animal que estaba en las esquinas del pentagrama y uno a uno se bebía su sangre, hasta dejarlos con los ojos blancos, después de comunicaciones extrañas en lenguajes que nunca había escuchado, sentía que el frío era más intenso, y a mi parecer diría que estaba pronto amanecer, ellos sacaron a ese humanoide de la estrella para llevarla hacía mi, y la señora le dijo, — para regresar a tu forma natural humana, absorbe la sangre de tu fiel amigo, y Marchate! que has conocido lo que has querido, y si no, ! Huye y se feliz en el bosque,.....


Lo último que recuerdo fue que el me atacó y mordió mi brazo izquierdo arrancandome de los árboles con tal fuerza que desmaye, y cuando me hice consciente de mi, estaba tirado a una orilla de la montaña en la carretera, alguien me ayudó y me llevaron a la civilización, llame a casa, vinieron todos mis familiares y amigos para buscar a Uriel pero jamás le volvimos a ver, sólo encontraron sus ropas y mucha sangre pero ninguna es de el, nadie cree mi historia espero ustedes si.
AlcoN

Ver métrica de este poema
  • Autor: Alcon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de septiembre de 2020 a las 22:49
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 13
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.