Insomnio

 

Esta noche, antes de acostarme

quise regalarte un poema,

no podía dormir mi niña, no podía

y quise escribir, dejar palabras que pudieran algún día,

en algún momento, quedar escritas en piedra para siempre.

Que este sentimiento tan bello, que tengo por ti,

se inmortalice de alguna forma, porque… quien sabe,

mañana puede que no esté aquí.

Quiero que lo tengas escrito y,

con mi propia voz recitado,

que quede perpetuo en tu memoria.

Tú, eres ese universo, que amo, que siento,

el arcoíris que baja a rescatarme cada día.

Eres, esa luz que brilla, el sol que me ilumina,

que me hace sentir vivo, eterno y, un poquito todo,

ese arcoíris que guía mis pasos perdidos.

No se vivir sin ti, sin tu sonrisa no soy yo.

¡me siento tan afortunado de poder beber de tu boca, en cada día, en cada hora!

Mi niña, sabes que, hay silencios en nuestro mundo

son silencios de amor que,

aunque a veces duelen, son necesarios para crecer,

para aprender que hay que luchar, por ti, por mí, porque erramos.

Mi niña, hoy no he podido dormir pensando en ti,

pensando en lo eterno de este sentimiento

que me hace sentir vivo.

Sí, he escrito para ti,

Seguro de que sé sentir en este paraíso terrenal tu amor,

algo sencillo, mágico… único.

Seguro del camino a tu lado que recorro,

Paso a paso, sin prisa

Donde… bebo de tu boca cada día, cada noche,

por siempre y para siempre, como hasta hoy.

No, no podía dormir mi niña y he escrito para ti.

 

Miguel García, 25 de Agosto de 2020