CON KAFKA EN PRAGA

oscar perdomo marin

CON KAFKA EN PRAGA

 

Conversé con Kafka en un café de Praga:

en el lugar donde supuestamente el ballestero

Guillermo Tell comió albóndigas

con crema de cordero y se indigestó.

Pero no fue la carne –me dijo Kafka-

fue la rabia contra el gobernador

que quería su cabeza.

Nunca le perdonó que atravesara la manzana con su flecha

y no la cabeza de su hijo.

La mano asesina del gobernador se volvió contra Tell.

Tell lo mató y los cantones lo aclamaron: necesitaban un héroe.

Esa vez el Poder no pudo extirpar

la esperanza de raíz.

Aquello aconteció mucho antes de la Comuna de París

después del último diluvio

cuando el Arca de Noe rescató

la mas atroz expresión de  tiranía.

El omnipotente firmó un decreto:

“Yo ordeno que se salven los buenos, mis buenos.

que mueran los malos y toda su parentela:

mujeres embarazadas, niños,  ancianos,

los ganados, el aire de mis enemigos

no importa si en la mano de mis rescatados

Esta la quijada de Caín o en el vientre de mis rescatadas,

la simiente de Nerón o de Hitler.

Son mis buenos, el resto es malo:

los  que no comulgaron

con lo que pienso, creo y hago”.

Todo eso me lo contó Kafka y sintió vergüenza de vivir.

Por esa razón se metió en el esternón de una cucaracha

y con sus patas nuevas de artrópodo

deslizó su cuerpo hasta mí.

Criticó que yo quería descubrir la cuadratura del círculo

para encerrar mis sueños y reescribir la metamorfosis.

Alguien dirá que todo lo que digo carece de sentido.

Ignora, que de cierta manera, un ser humano

es la razón de la sin razón,

Cada vez que mata lo que ama y eso ocurre todos los días.

.

 

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Comentarios1

  • Johanny de Jesus

    Un Poema Kafkiano insuflado por su Metamorfosis.
    Excelente poema.
    Mis saludos..



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