Vivir el sinsentido, desgarrar
el velo del ahora y escupir
al futuro, al presente, al rudo azar;
exhalar lo presente sin fingir
lo abominable de la vida nuestra,
sin dejar de exhumar nuestro odio seco
hacia la paridora vil, siniestra
que nos trajo a la vida, al mundo, al eco.
Sólo así se resiste al sueño fútil
de llamar vida a lo que no es aquello,
a la ilusión del yo, del tú, del ello.
Porque habitamos una gran mentira:
la de creernos vivos. La mentira
más grande, pero no por ello útil.
Comentarios1
Varias reflexiones un un solo soneto 👍
y el terceto final 👍👍👍
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