Le robaron la ternura.
mitad de su cuerpo animal
Produce paranoia
hasta la ira.
Ni el icono atardecer,
podría apaciguar
su fuego.
Fuego que calienta e irradia
la piel.
¡Gaviotas blancas vinieron
gaviotas blancas se van!
¡Es un vaivén de la suerte,
yo no poderte amar!
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                        Autor:    
     
	Fefersan ( Offline) Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2020 a las 02:49
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela

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