La trémula doncella gemebunda
besada por el mozo se estremece
y su sedoso cutis embellece
la viva erubescencia que la inunda.
Encima de la púber pudibunda
el joven un octópodo parece
por cómo la acaricia mientras crece
su apéndice de talla que no abunda.
Da muestras todavía de pudicia
en brazos del muchacho la muchacha,
mas hace en su vergüenza tanta mella
el néctar de la erótica delicia
que pronto de lascivia se emborracha
y deja de ser tímida y doncella.
Osvaldo de Luis
Comentarios2
Coito tornado lascivia
de muchacho y la muchacha
que uno encima y la otra agacha,
pasó a rojo estando tibia.
Buen soneto. Saludos
Gracias y un saludo.
Pues querido Osvaldo, graciosa la sonrisa que al leerle me ha tocado. Y eso que pensaba que la timidez y doncellez ya me habían abandonado.
Gracias, un jocoso momento he pasado.
Muchas por su comentario, Shalom.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar [email protected] Regístrate aquí o si ya estás [email protected], logueate aquí.